Un hombre estaba en el coche con sus tres hijos pequeños y su complaciente tía poco antes de la hora de cenar. La tía dio a cada uno de los niños un trozo de chocolate y les dijo: «No se lo digáis a mamá». El hombre puso el motor en marcha, se dio la vuelta y dijo: «Podéis comer el chocolate, pero no dejéis que os quite el apetito. Y nunca, nunca tengáis miedo de decirle algo a vuestra madre».
Cuando la verdad se oculta, generalmente es por temor. El temor de que, si somos sinceros, seremos rechazados. Cuando vi la lista de despidos sobre la fotocopiadora, no sólo me sentí avergonzado, triste y molesto. Tuve miedo: ¿Qué pensarían los empleados?, ¿me aborrecerían? Si usted no puede comunicarse sincera y directamente con su novia, su novio o su esposa sin temor, ¿Qué clase de vida es ésa? ¿Cómo puede tener una buena relación? Del mismo modo, si usted no puede tener una comunicación directa y sincera con sus colegas, su jefe o las personas que dirigen la compañía, ¿Qué clase de vida es ésa? ¿Cómo puede tener una buena experiencia? ¿Cómo se puede crear una gran compañía?
Del libro: No es por el café. Los principios de Starbucks que aseguran el éxito
