Aun así, seguramente estará pensando: «Todo esto está muy bien, pero ¿quién es capaz de hacer las cosas siempre bien?» La respuesta es que sí se puede, siempre que queramos hacerlo, nos pongamos a ello y sepamos cómo. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército estadounidense descubrió que los paracaídas fallaban en un 5% de los saltos. Evidentemente, en este asunto el margen de error debía ser «cero defectos». ¿Cómo podía alguien decirles a los paracaidistas: «No se preocupen, la mayoría sí se abren»? El problema se solucionó disponiendo que los plegadores de paracaídas y los verificadores saltaran de vez en cuando desde un avión sin previo aviso con uno de sus paracaídas, elegido al azar. ¡La calidad de plegado mejoró drásticamente al 100%!
Del libro: G.E.R

