Todos estamos encantados de trabajar en equipo cuando jugarnos donde nos gusta y nos dejan que hagamos las cosas a nuestra manera. Pero eso no es «ser equipo». El verdadero espíritu y compromiso de equipo se demuestra cuando a uno le toca jugar donde el equipo exige y es un papel que no te gusta.
Del libro: el jefe que no contaba chistes y el empleado que nunca se reía.
