CUIDARSE

Warren Buffett, oficialmente el hombre más rico del mundo, les dio una vez a un pequeño grupo de estudiantes universitarios en Omaha, Nebraska, su consejo más valioso:

Con dieciséis años, yo solo pensaba en dos cosas: chicas y coches. No era muy bueno con las chicas, así que pensaba en coches. También pensaba en chicas, pero tenía más suerte con los coches.

Si en esa época se me hubiera aparecido un genio y me hubiera dicho: «Te daré el coche que tú quieras. Lo tendrás aquí mañana por el mañana atado con un gran lazo. Nuevo, a estrenar. ¡Y será todo tuyo!» Como había oído muchas historias sobre genios, le habría dicho: «¿Cuál es la condición?». Y el genio habría respondido: «Hay una sola condición… Será el último coche que tendrás nunca. Así que deberá durarte de por vida».

Si eso hubiera ocurrido, habría elegido un coche, pero, sabiendo que tenía que durarme de por vida, ¿sabéis qué habría hecho?

Habría leído el manual unas cinco veces. Habría aparcado siempre el coche bajo techo. Si hubiese tenido la más pequeña abolladura o arañazo, lo habría llevado a reparar de inmediato, porque no hubiese querido que se oxidara.

Habría mimado ese coche porque tenía que durarme de por vida.

Esa es exactamente la posición en la que os encontráis respecto a vuestra mente y vuestro cuerpo. Tenéis una sola mente y un solo cuerpo. Y deben duraros de por vida. Es fácil, claro, hacerlos funcionar sin parar durante muchos años.

Pero si no cuidais esa mente y ese cuerpo, en cuarenta años estarán hechos chatarra, igual que lo estaría el coche.

Lo que hagáis ahora mismo, el día de hoy, es lo que determina cómo funcionarán vuestra mente y vuestro cuerpo dentro de diez, veinte y treinta años.