En el año 2000 abundaron las noticias sobre neumáticos para automóviles. El titular más destacado fue acerca del retiro masivo de neumáticos de la circulación que debió hacer Firestone. En lugar de celebrar el centenario de su fundación, la compañía tuvo que afrontar una pesadilla de relaciones públicas. Los defectos de neumáticos se vincularon a docenas de muertes y cientos de accidentes. Firestone se encontró abrumada por un retiro masivo de millones de neumáticos, un diluvio de noticias periodísticas adversas y un número creciente de litigios judiciales.
Firestone no era la única empresa que sufría. También Ford pasó por una pesadilla, porque la mayoría de los neumáticos defectuosos habían sido instalados en Ford Explorers. Que Ford no fabricara los neumáticos era irrelevante para el furioso cliente propietario de un Explorer. Firestone era un eslabón importante en la cadena de valor de Ford y, en el verano de 2000, Firestone destruyó valor para los clientes y accionistas de
Ford.

