Cal Newport ha llevado a cabo experimentos sobre la productividad. En uno de ellos, los participantes en una habitación realizan a solas una tarea que exige cierta concentración.
Con la excusa de pasar a recoger unos papeles, los investigadores interrumpen a algunos de ellos. El impacto sobre su productividad resulta demoledor, aunque los observadores no lleguen a abrir la boca. Después de la interrupción, la productividad registra un concentration residue, se pierde la concentración y no se recupera hasta al cabo de 12 minutos.

Del libro: La parisina que tomó un taxi para ir al gimnasio.
