Las normas o reglas dan el marco, clarifican y disminuyen la incertidumbre. Su ausencia no significa libertad sino ambigüedad. La ambigüedad beneficia a los más fuertes y perjudica a tos débiles.
El modo en el que cada uno necesita cumplir con las reglas es el espacio para la flexibilidad, es el margen para la gestión de personas.
Hay dos tipos de reglas, las de comportamiento y las de procedimiento:
Las reglas de comportamiento son el marco de convivencia y deben ser cumplidas por todos. En ellas se explicitan los comportamientos referidos a la toma de decisiones, comunicación y compromiso dentro del equipo. Si algún miembro no las cumple, incluido el líder, podrá ser amonestado por el equipo.
Las reglas de procedimiento definen los procesos que han de seguir los trabajos, deben estar bien definidas y ser concretas.
Las reglas han de consensuarse y aceptarse abiertamente por todos. Las reglas permiten convivir en armonía.

