El efecto Pigmalión ha sido comprobado en muchas ocasiones: tal como tratas a alguien así se comportará. Se trata de una premisa de la dirección de equipos. El origen de este efecto se halla en un mito griego, el del escultor Pigmalón, que estaba tan enamorado de una de sus creaciones, Galatea, que la trataba como si fuese una mujer real, hasta que la escultura cobró vida.

