Hay un principio de navegación aérea que se llama «la regla de uno en 60» y que dice que apartarse un grado de su objetivo hará que un avión se desvíe de su destino final en una milla por cada 60 que haya volado. Este concepto aplica también a nuestras vidas, carreras, relaciones y a nuestro desarrollo personal. Una desviación pequeña de la ruta óptima de vuelo se va amplificando con el tiempo y la distancia, y algo que hoy parece un pequeño fallo puede convertirse en un gran fallo luego.

